No quiero que me regales flores, que me lleves a cenar o que pongas velitas cuando hacemos el amor. No me gusta que paseemos cogidos de la mano.
Me gusta que me quieras y me gusta quererte. Me gusta que me respetes. Me gusta que me llames a las tres de la mañana para decir ”qué tal” y no responder nada, simplemente escuchar tu respiración.
No me gusta que planees las citas. Cuando quieras verme, ven a buscarme, pues yo iré a buscarte cuando quiera verte a ti. Quiero que se nos vaya la cabeza.
No quiero que me des un beso cada vez que me ves y cada vez que te despides de mi, pues entonces tus besos serían predecibles. Quiero que me beses cuando no ya puedas soportar más estar a dos centímetros de mi boca. Que me subas la falda y me bajes las medias aunque no estemos el lugar adecuado.
A la mayoría de las chicas no nos gustan los bombones, los regalos o lo poemas vacíos. A vosotros no os gustan, a nosotras tampoco. Nos gusta más que nos escuchen. Con esto no te pido que no seas detallista, te pido que dejes de ser un maldito cliché.