Tiempo perdido con tonterías. Tiempo tirado a la basura pensando en gente a quien no le importas. Tiempo malgastado arrepintiéndote de tus errores. Tiempo derrochado intentando planear el futuro, para nada. Tiempo absolutamente desperdiciado pensando en el pasado.

“Lo que tenga que venir, vendrá…y ya habrá tiempo de plantarle cara”.

Mientras tanto, cuida a quien te trata bien y olvida a quien te trató mal. Y no hagas el tonto tratando de causar buena impresión a los demás. Ríete en la cara del “qué dirán”. Piensa un poco más en ti, haz lo que te haga feliz, disfruta. Saca al niño que llevas dentro. Y mira hacia delante. Siempre.