En estos dos años y medio de andadura, sois bastantes los que os habéis hecho fieles seguidores de mi bitácora. Es por ello que siento que os debo una explicación. Me he ausentado, sin previo aviso, durante seis meses. Y os diré por qué.
Desde pequeñita ha pesado sobre mí una gran losa de autoexigencia, así que me embarqué en un proyecto para el que no tenía ni tiempo ni fuerzas. Y saltó por los aires. Y casi exploto yo también. Afortunadamente, todo tiene solución. Y aquí me tenéis, de nuevo con millones de ganas de escribir. No es que las hubiese perdido, pero sí se me había bloqueado todo atisbo de creación y creatividad. Cuando me pasa eso sé que algo no marcha bien. Pero aquí está, otra vez, ese impulso que me lleva a coger lápiz y papel, o ratón y teclado, en este caso.
Estoy de vuelta y no pienso volver a marcharme. ¡Gracias a todos por estar ahí!
P.D.: He decidido ir poquito a poco por la vida, como el caracol, sin prisa, observando, parando cuando hace falta y sacando los cuernos al sol cuando la ocasión lo merezca. Funciona.

Para los que nos apasionan las palabras, la escritura actúa como un catalizador de nuestras emociones. Y cuando no somos capaces de escribir, es porque hay algo dentro de nosotros que no está funcionando bien.
Me alegra que poco a poco salgas de ese bache. Muchos lo hemos pasado, pero al final todo vuelve al punto de origen 🙂
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchísimas gracias por tus palabras! Coincido contigo. ¡A escribir!
Me gustaLe gusta a 1 persona